Cuando leer se convierte en magia Congreso de jóvenes lectores de Canarias

Mi primer  maestro se llamaba Don Sebastián: era mágico y bueno. El nos llevaba a caminar por mapas pintados en el suelo del aula, en ellos aprendíamos a no tenerle miedo a la imaginación. Cuando se fue de mi pueblo me regaló un libro. 

Siempre que me ocurre algo hermoso, sobre todo lo relacionado con la lectura y la enseñanza, lo recuerdo. 

He tenido el privilegio de participar como autor en el Congreso de jóvenes lectores, tanto en Gran canaria como en Tenerife. Han sido momentos mágicos, agotadores desde el punto de vista emotivo por lo intenso. Escuchar los trabajos de niños de primaria y de jóvenes de secundaria o bachillerato es una experiencia inolvidable. El formato de este congreso está muy bien diseñado pues hace que los lectores y lectoras sean el centro. Se convierten en protagonistas de la lectura y aprenden que el libro está verdaderamente leído cuando pasa a ser propiedad del que lo lee y lo convierte en palabras nuevas, en experiencias propias.

El conservatorio de música de Las Palmas o de Santa Cruz fueron sedes de este evento que, según mi opinión, debía tener mayor repercusión en la prensa y en los medios más que nada por respeto al esfuerzo de estudiantes, docentes y organizadores que ponen toda su creatividad e ilusión al servicio de la lectura.

Impecable el cuidado en los detalles. La música y la palabra para dar paso a los trabajos de los estudiantes bien medida. Las propuestas de presentación y organización hicieron que todo tuviese un aire de rigor y alturas artísticas, pero jovial y cercano a la vez.

Cerca de dos mil alumnos y alumnas de la enseñanza pública de nuestras islas han leído a los escritores y escritoras seleccionados. Han analizado obras, han hecho versiones, puestas en escena, propuestas creativas, vídeos, presentaciones… Han imaginado mundos, han manipulado palabras.

Estos días he visto a Don Sebastián en el personal de Innovación educativa, en los integrantes de los Centros de Profesores, en los docentes… He visto ilusión y alegría en niños y jóvenes.

Estos días ha vuelto a crecer la esperanza de que es posible hacer cosas hermosas en la educación.

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