Soy un dinosaurio
Mario era como todos los niños de su edad hasta el día que despertó convertido en un dinosaurio. Todo cambió en su vida. Sus compañeros del colegio lo reconocieron.
Es difícil ser un dinosaurio en el siglo XXI. ¿O fue un dinosaurio el que soñó?.
Reseña de Arantxa Sanz Tejeda
Soy un dinosaurio de Ernesto Rodríguez y Víctor Jaubert, Diego Pun Ediciones, 2020.
En la vida hay cosas poco frecuentes, que ocurren en muy contadas ocasiones, cuya existencia queda casi reservada al mundo onírico o al último resquicio de la imaginación. Algo verdaderamente extraordinario es lo que le ocurrió a Mario, el protagonista de este álbum ilustrado. Tras una noche soñando, se despertó convertido en un ser completamente distinto. El espejo no reflejaba su figura de siempre, ahora era un dinosaurio de piel verde y tenía un tamaño monstruoso.
Las coloridas ilustraciones de Víctor Jaubert muestran a un divertido animal prehistórico que se ve inmerso en todo tipo de apuros cada vez que trata de hacer cosas tan cotidianas como desayunar, ir al colegio o jugar con sus amigos. La nueva vida de Mario ha tomado unas dimensiones tan colosales que desbordan su día a día, convirtiéndolo en centro de todas las miradas.
La perfecta síntesis entre el código escrito y el visual nos sumerge en un mundo de fantasía del que parece difícil escapar. La agilidad del ritmo narrativo nos hace partícipes del desconcierto del protagonista, así como de la angustia colectiva que impera a su alrededor, dejando paso a un inesperado y sugerente final.
Mario se siente solo. El siglo XXI no se parece en nada al Jurásico. Tampoco los sueños a la realidad, aunque a veces nos cueste distinguirlos.
Arantxa Sanz Tejeda